domingo, 2 de febrero de 2014

ACU YOU YE

Mira , este pecho, tempestuoso

como late pronunciando tu nombre

huele el aroma de mi néctar, como fluye al soñarte

escucha el sonido de mis latidos, al compás de tus pasos acercándose


Busca entre los rieles de ese viejo tren que pasa cada mañana

hallarás los restos de este poema, que he partido en mil pedazos

antes de terminarlo, sólo para no volver a pronunciarte.


M.F.G

INFELIZ

Tan preocupado estaba

por cuidar su imagen

que al mirarse en el reflejo

que su propio rostro le devolvía

al asomarse en las aguas del lago dorado

cayó en las profundidades

sin saber cómo salir

Murió sin saber quien era, el infeliz.


M.F.G

Cuando ya nada importa

Cuando el dolor

se instala en el centro de mi ser

obstinado, como si todo a su alrededor

le importase menos que nada

puedo recordar el brillo de unos ojos

que me miran, asombrados, al amanecer.

Subo cada peldaño sintiéndome esclava

de un malvado Rey, cuya tiranía sin límites

ejerce sobre mi corazón, cansado de latir

que sólo busca un espacio donde dejarse ir...


M.F.G

miércoles, 18 de septiembre de 2013







UN TAJO EN EL ALMA




En la luz difusa de un farol 

se oyó llorar el último organito

Se  murió el amor 

que un día me juraste

se convirtió en silencio

tu voz en el olvido

Clavé la aguja de mis tacos en el barro espeso

que abraza las noches en los arrabales

Te perdí para siempre, lo se, no caben dudas

me perdí en las tinieblas de tus noches oscuras

Soy una excusa más que tendrán tus pensamientos

para escapar a la real razón de tu crueldad sin tiempo.

La cortina de hierro cayó de golpe sobre mi corazón errante


se cerró tras tus pasos y ese adiós junto a una promesa de amor

que no supiste darme.


M.F.G



miércoles, 7 de agosto de 2013

LOS AMANTES

                                 



Entre tus labios, se dibujó de pronto el contorno de mi cuerpo,

de rojos carmines las huellas de mis pasos y de azules intenso 

los crepúsculos abandonados entre penumbras, tus ojos.

Extendidos mis dedos hacia el recorrido extenso de tu torso.


Un contorneo de labios se encuentran en el punto exacto

donde se juntan los deseos de los que se buscan 

sin llamarse , donde no caben más que dos 

en un punto justo, equidistante , se hallarán otra vez,

los amantes.


M.F.G.








jueves, 2 de diciembre de 2010

MISA DE GALLO




Escribir un cuento de navidad, escribir un cuento de navidad....escribir....¡¡Bastaaaa!!! ¡¡¡Bastaaaaaa!!!
Me desperté sobresaltada esa madrugada, llevaba tres días y tres noches buscando algún argumento para colaborar con el proyecto de una amiga, recién recibida de periodista , que está armando una sección cultural interesante  en un diario local. 

Siguiendo la ruta de mi amiga, traté de hacer una labor periodística. Salí a buscar en mi pueblo a alguien que hubiese presenciado "un milagro en Nochebuena". Decidí que nada mejor que ir a las fuentes.
Crucé la avenida principal y me dirigí a la Iglesia Del Carmen, o sea la iglesia mayor, algo revolucionada ese año por la llegada de un joven cura de origen irlandés. Todos saben lo que sucede cuando llega un curita nuevo al pueblo; hasta las abuelas que ya se han olvidado de todos los pecados quieren confesarse , en parte para ir conociéndole el carácter, y también para ganarse su simpatía. En toda buena familia debe existir un párroco amigo dispuesto a asistir en toda ocasión donde la fe se convierte en un sello místico  que certifica las experiencias humanas.

El  joven sacerdote , abstraído  en sus rutinas matinales , luego de unos minutos de espera me hizo una seña para que me acercara  detrás del altar de ceremonias, donde se encontraba preparando los utensilios para celebrar la misa. Nos sentamos frente a frente en dos pequeños banquillos de esos que suelen usar los monaguillos. Su mirada era serena y directa a mis ojos, seguramente estaría preparado para oir de mi boca algún pedido  para las damas de beneficencia o cosa por el estilo. Esto me dio  un clima distendido y apropiado para abordar en modo directo el motivo de mi visita. En un costado, un coro de señoritas ensayaba los conocidos  villancicos en los   acordes del viejo piano de la parroquia, que sonaban bastante desafinados.

_ Buenos días, padre. Mi nombre es María y estoy aquí buscando su testimonio ya que deseo escribir un cuento de navidad basado en algún hecho real. Dígame, padre… ¿ha visto usted alguna vez un milagro en Nochebuena?

El hombre levantó su mirada al fresco de la cúpula, buscando en su memoria. Permaneció asi unos segundos, sin pronunciar palabra ni gesto alguno, luego, negando con su cabeza y una mano en la cintura me dijo en tono un tanto apenado…

_  No, lamento mucho decepcionarla hija – me respondió, moviéndose con inquietud- me encantaría poder contarle miles de ellos, pero me rige la verdad y no puedo referir lo que no he testimoniado y aunque sé de personas que me han confiado sus experiencias personales, no he visto con mis propios ojos un milagro en Nochebuena. Deberá seguir buscando entre otros pobladores, quizá entre los más ancianos pueda encontrarlo – me dijo, a modo de consuelo.

Me marché por el pasillo grande del medio rememorando otros momentos significativos en los que había transitado por allí mismo. No fueron tantos; mi comunión y mi boda, y ahora este, que no dudé en titular : “buscando un milagro para mi cuento” y no pude evitar pensar en el cuarto, al que quién sabe  si alguien podrá relatarlo…

Casi había llegado al portal cuando una vocecita pequeña, que parecía envalentonada por la acústica del lugar, detuvo mi andar.

_ Yo lo vi, yo sí que lo ví…¡ ése sí que fue un milagro! afirmó, con cara de santa,  la anciana mujercita menuda del Coro de Señoritas.

Nos detuvimos ahí mismo, casi en la salida y el párroco se unió a nosotras. Nos sentamos en un banco cerca de la piedra bendita, justo a pocos metros donde se encuentran los restos del  cura que fundó la iglesia. ( algo que siempre me había causado mala impresión )

Encendí mi pequeño grabador y antes que le pidiera nada ella comenzó a hablar, con un semblante solemne  de quien parece haber encontrado el momento justo para contar el secreto mejor guardado. 

“ Era un día caluroso de esos que se cuece un huevo con sólo ponerlo al sol. Yo era la más chica de mis ocho hermanos y  a la que le tocaban todas las tareas … esas a las que los otros se negaban. Recoger los huevos del gallinero parece una sonsera  para los que no conocen el olor de los desechos  que fermenta y se convierte en un vahos insoportable para los humanos. Antes de ponerlos a la canasta había que limpiarlos con un trapo húmedo y suavecito para que no haya desperdicios…las gallinas merman la producción en  altas temperaturas y la cosa no era muy favorable por aquellas épocas en mi familia…
En el nido de la colorada había sólo uno y me llamó la atención que fuera tan pequeñito y de color amarillo. Lo levanté con el mismo cuidado con el que intentaba cazar una mariposa aleteando en una flor, lo puse en la canasta y lo llevé a mi habitación para que nadie lo viera. Me parecía tan raro su tamaño diminuto, no era de perdiz, yo los conocía .. ni tampoco de codorniz porque no tenía manchas…era liso y amarillo. Quise conservarlo como un objeto de colección. Armé un pequeño nido para protegerlo de algún golpe que pudiera dañarlo, y entonces comencé a pensar que en dentro de ese huevo pequeñito de color amarillo podría nacer un animal de exótico color. Lo miraba a cada hora, lo acariciaba por las noches antes de dormirme y lo cubría con lanas de oveja para encubarlo como lo hacían las gallinas. Estaba segura que de allí saldría el más bello polluelo  al que , seguramente, todos querrían tener. Pero era mío , sólo mío y por lo tanto me encargaba que nadie supiera de él.

 ¡ Vaya momento inapropiado para venir a descubrirse! Toda la familia lejana había llegado para festejar juntos la navidad. Venían desde otros pueblos después de viajar muchas horas en  tren. La casa era grande pero aún así se convirtió en un tumulto de gente que la recorría ; volviéndoseme imposible  controlar que nadie pudiera entrar allí ,en nuestro dormitorio, donde guardaba debajo de mi cama, ese pequeño tesoro. Todos corrimos  al oír los gritos de la tía que sostenía entre sus brazos a la pequeña Dominga…la niña se contorneaba en alaridos que iban cambiando el tenor y sus gritos eran por momentos agudos y en otros grave… los ojos enrojecidos y una mucosidad amarillenta le brotaba de la boca…¡El demonio se había apoderado de ella! ….En una de sus manitos sostenía las cáscaras de mi pequeño huevo…nadie lo habría notado excepto yo,  que era la única que conocía de su existencia . Quise contarles que ese era mi huevo, y al parecer el causante de los males de la pequeña…pero nadie parecía oírme..corrí hasta mi cama, levanté el rosario debajo de mi almohada y llena de temor comencé a rezar una plegaria, la única que me sabía de memoria: el Ave María 

Corrí hasta el pasillo donde Dominga se encontraba tirada en el piso,  su cuerpito seguía retorciéndose con la fuerza de mil demonios y me tiré sobre ella sin dejar de rezar e intentando meter  por su cabeza el rosario, pero  lo destrozó en un solo manotazo. Entonces también yo comencé a sentir un fuego que se apoderaba de mi , como si alguien estuviera absorbiendo de un sorbo cada parte de mi cuerpo. Se ve que alguien notó la atrocidad en mi cara y me apartó de  ella. La noticia corrió como reguera de pólvora: La pequeña Dominga estaba poseída.

El cura pidió que la lleváramos a la iglesia. Era  la misa de gallo. La iglesia se hallaba repleta como de costumbre para esa fecha en la que todos los parroquianos llevan su ofrenda . Dominga llegó hasta el altar sujetada por varios hombres , sin dejar de resistirse y por mucha agua bendita que le tiraban encima, los demonios no obedecían. El padre de la pequeña era incrédulo, pero no dudó en  acatar los pedidos del cura por rezar con fe por la niña que no paraba de retorcerse como un nylon sobre el fuego. La cosa duró varias horas. Al fin la niña cerró sus ojos y nadie se atrevía a determinar si  se hallaba liberada o muerta. Se la llevaron a su casa. Dominga recuperó su normalidad después de dos días de dormir intensamente y quien sabe si en su memoria haya quedado algún recuerdo borroso, porque en cada Nochebuena de su infancia se metía en el pequeño pesebre de la casa y pedía que la dejaran allí, hasta que todo pasara…"

Su padre, el incrédulo, se convirtió al catolicismo y fue un gran misionero dedicado a las tareas sociales.

_ Allí tiene un milagro – me dijo , la mujercita frágil.

Y eso es todo… creo que mi amiga estará satisfecha con lo encomendado.

FIN

 Autora: María Ferretti

viernes, 1 de mayo de 2009

¡¡¡¡FUNCIONÓ!!!

Una señora camina acompañada de su pequeña hija . Van a buscar la encomienda que llegará en el tren de las ocho. Éste se demora más de lo habitual y la niña pregunta impaciente por el motivo. El reloj de la estación ferrocarril se detuvo también, por lo que la madre no sabe decirle a la niña cuanto tiempo más deberán permanecer allí a la espera del encomendado. La niña se aleja un poco de su mamá y juega, mientras, imagina el motivo por el cual ese reloj que hace unos minutos pendulaba su manecilla, colgado de una brillante cadena dorada ,ahora se detenía convirtiendo en incertidumbre su curiosidad . Porque si faltase mucho, se decía , yo podría irme un poco más allá de aquel árbol de flores color azucena y conocería el otro lado de la estación sin preocuparme por estar aquí al momento del arribo del tren. En cambio si faltase poco, yo podría permanecer aquí disfrutando de cualquier otro modo la espera, sin embargo, ese reloj detenido le estaba impidiendo moverse, pues si pero……a lo mejor existe una tercera posibilidad, arreglar el reloj para poder disfrutar mejor del desconocido momento que me resta en la estación, entre el anden y el árbol de flores color azucenas….. Dejó deslizar de sus manos, paulatinamente, a la pepona patas largas con el moño rosa en cada trenza hasta el suelo, y buscó a su alrededor algún elemento que pudiera servirle para subirse hasta el punto en la pared donde colgaba el antiguo reloj de agujas doradas y números romanos.Sólo un banco de madera oscura avizoró la niña, aunque el inconveniente era que se encontraba dentro de la oficina del guarda, que dormitaba un sueño travieso a escondidas del reglamento.Si lograba no despertarlo obtendría el banco y treparía hasta el reloj y quizá moviéndolo un poco lograse que sus agujas se moviesen para acomodar su tiempo entre el andén y las flores color azucena. Pensó la niña que pedirle permiso al guarda no facilitaría las cosas sino más bien las complicaría bastante, de modo que , en puntillas de pie caminó los pocos metros hasta el banquillo y lo cargó silenciosa sin despertarlo….lo ubicó debajo y se subió a él procurando no perder el equilibrio y aunque las piernas le temblaban alzó su mano derecha y cerrando los ojos busco palpar las agujas.No llegaba, faltaba un poco más de altura, recordó a Cipriano, el gato de la casa de su abuela, cuando intentaba comerse las tortas que la nona dejaba enfriar en el borde de la ventana…visualizó al animal extendiendo su cuerpo como un elástico, vértebra por vértebra, hasta obtener casi el doble de su tamaño habitual, así mismo intento hacerlo ella, montó el peso de su cuerpo en la punta de sus piecitos y desplegó cada parte sus frágiles huesos y músculos, hasta sentir que llegaba a palparlo …su emoción fue acrecentándose a medida que le era posible recorrerlo con sus dedos…..las agujas se sentían frías y ásperas, de todos modos siguió moviéndolas de un lado a otro cada vez un poco más fuerte aunque no lograba determinar si en ese intento cumplía su cometido de activar el contador de “su” tiempo… Bajó del banquillo , corrió unos pasos hacia atrás para observarlo y apenas unos latidos parecía dar el viejo reloj y otra vez ….se detenía…volvió a montarse sobre la improvisada escalera ,repitió cada secuencia de la escena anterior aunque ahora incorporando un movimiento algo más brusco , unos pequeños golpecitos en el centro mismo del cuenta tiempo ése!! _¿ No puedes detenerte otro día??-se preguntaba- ¿Por qué motivo se empeñaba en estropear “su” momento entre el andén y el árbol de flores color azucena?.....un silbato potente estalló pegado a sus oídos y el guarda que acababa de despertarse se acomodaba la gorra mientras anunciaba al fin la llegada del esperado tren. Recordó entonces levantar del piso a su muñeca pepona y cuando casi había olvidado el motivo por el cual se encontraba en el lugar aquél…..sucedió el milagro……las antiguas agujas frente a ella comenzaron a moverse, primero un pequeño tic……….tac, luego otro y otro tic ………tac, tic……..tac, tic…..tac, tic tac, tic tac…….. La niña sin poder escapar del asombro de haberlo logrado finalmente gritó ante la sorprendida multitud……¡¡ ”FUNCIONÓ, FUNCIONÓ”!!! Descubrió ese día, que aunque la espera no pueda ser medida por el tiempo, la vida nunca se detiene …… y el tren siempre llega.!! Con cariño para mi amiga GINGERALE.
LADY VI.