viernes, 1 de mayo de 2009

¡¡¡¡FUNCIONÓ!!!

Una señora camina acompañada de su pequeña hija . Van a buscar la encomienda que llegará en el tren de las ocho. Éste se demora más de lo habitual y la niña pregunta impaciente por el motivo. El reloj de la estación ferrocarril se detuvo también, por lo que la madre no sabe decirle a la niña cuanto tiempo más deberán permanecer allí a la espera del encomendado. La niña se aleja un poco de su mamá y juega, mientras, imagina el motivo por el cual ese reloj que hace unos minutos pendulaba su manecilla, colgado de una brillante cadena dorada ,ahora se detenía convirtiendo en incertidumbre su curiosidad . Porque si faltase mucho, se decía , yo podría irme un poco más allá de aquel árbol de flores color azucena y conocería el otro lado de la estación sin preocuparme por estar aquí al momento del arribo del tren. En cambio si faltase poco, yo podría permanecer aquí disfrutando de cualquier otro modo la espera, sin embargo, ese reloj detenido le estaba impidiendo moverse, pues si pero……a lo mejor existe una tercera posibilidad, arreglar el reloj para poder disfrutar mejor del desconocido momento que me resta en la estación, entre el anden y el árbol de flores color azucenas….. Dejó deslizar de sus manos, paulatinamente, a la pepona patas largas con el moño rosa en cada trenza hasta el suelo, y buscó a su alrededor algún elemento que pudiera servirle para subirse hasta el punto en la pared donde colgaba el antiguo reloj de agujas doradas y números romanos.Sólo un banco de madera oscura avizoró la niña, aunque el inconveniente era que se encontraba dentro de la oficina del guarda, que dormitaba un sueño travieso a escondidas del reglamento.Si lograba no despertarlo obtendría el banco y treparía hasta el reloj y quizá moviéndolo un poco lograse que sus agujas se moviesen para acomodar su tiempo entre el andén y las flores color azucena. Pensó la niña que pedirle permiso al guarda no facilitaría las cosas sino más bien las complicaría bastante, de modo que , en puntillas de pie caminó los pocos metros hasta el banquillo y lo cargó silenciosa sin despertarlo….lo ubicó debajo y se subió a él procurando no perder el equilibrio y aunque las piernas le temblaban alzó su mano derecha y cerrando los ojos busco palpar las agujas.No llegaba, faltaba un poco más de altura, recordó a Cipriano, el gato de la casa de su abuela, cuando intentaba comerse las tortas que la nona dejaba enfriar en el borde de la ventana…visualizó al animal extendiendo su cuerpo como un elástico, vértebra por vértebra, hasta obtener casi el doble de su tamaño habitual, así mismo intento hacerlo ella, montó el peso de su cuerpo en la punta de sus piecitos y desplegó cada parte sus frágiles huesos y músculos, hasta sentir que llegaba a palparlo …su emoción fue acrecentándose a medida que le era posible recorrerlo con sus dedos…..las agujas se sentían frías y ásperas, de todos modos siguió moviéndolas de un lado a otro cada vez un poco más fuerte aunque no lograba determinar si en ese intento cumplía su cometido de activar el contador de “su” tiempo… Bajó del banquillo , corrió unos pasos hacia atrás para observarlo y apenas unos latidos parecía dar el viejo reloj y otra vez ….se detenía…volvió a montarse sobre la improvisada escalera ,repitió cada secuencia de la escena anterior aunque ahora incorporando un movimiento algo más brusco , unos pequeños golpecitos en el centro mismo del cuenta tiempo ése!! _¿ No puedes detenerte otro día??-se preguntaba- ¿Por qué motivo se empeñaba en estropear “su” momento entre el andén y el árbol de flores color azucena?.....un silbato potente estalló pegado a sus oídos y el guarda que acababa de despertarse se acomodaba la gorra mientras anunciaba al fin la llegada del esperado tren. Recordó entonces levantar del piso a su muñeca pepona y cuando casi había olvidado el motivo por el cual se encontraba en el lugar aquél…..sucedió el milagro……las antiguas agujas frente a ella comenzaron a moverse, primero un pequeño tic……….tac, luego otro y otro tic ………tac, tic……..tac, tic…..tac, tic tac, tic tac…….. La niña sin poder escapar del asombro de haberlo logrado finalmente gritó ante la sorprendida multitud……¡¡ ”FUNCIONÓ, FUNCIONÓ”!!! Descubrió ese día, que aunque la espera no pueda ser medida por el tiempo, la vida nunca se detiene …… y el tren siempre llega.!! Con cariño para mi amiga GINGERALE.
LADY VI.