jueves, 2 de diciembre de 2010

MISA DE GALLO




Escribir un cuento de navidad, escribir un cuento de navidad....escribir....¡¡Bastaaaa!!! ¡¡¡Bastaaaaaa!!!
Me desperté sobresaltada esa madrugada, llevaba tres días y tres noches buscando algún argumento para colaborar con el proyecto de una amiga, recién recibida de periodista , que está armando una sección cultural interesante  en un diario local. 

Siguiendo la ruta de mi amiga, traté de hacer una labor periodística. Salí a buscar en mi pueblo a alguien que hubiese presenciado "un milagro en Nochebuena". Decidí que nada mejor que ir a las fuentes.
Crucé la avenida principal y me dirigí a la Iglesia Del Carmen, o sea la iglesia mayor, algo revolucionada ese año por la llegada de un joven cura de origen irlandés. Todos saben lo que sucede cuando llega un curita nuevo al pueblo; hasta las abuelas que ya se han olvidado de todos los pecados quieren confesarse , en parte para ir conociéndole el carácter, y también para ganarse su simpatía. En toda buena familia debe existir un párroco amigo dispuesto a asistir en toda ocasión donde la fe se convierte en un sello místico  que certifica las experiencias humanas.

El  joven sacerdote , abstraído  en sus rutinas matinales , luego de unos minutos de espera me hizo una seña para que me acercara  detrás del altar de ceremonias, donde se encontraba preparando los utensilios para celebrar la misa. Nos sentamos frente a frente en dos pequeños banquillos de esos que suelen usar los monaguillos. Su mirada era serena y directa a mis ojos, seguramente estaría preparado para oir de mi boca algún pedido  para las damas de beneficencia o cosa por el estilo. Esto me dio  un clima distendido y apropiado para abordar en modo directo el motivo de mi visita. En un costado, un coro de señoritas ensayaba los conocidos  villancicos en los   acordes del viejo piano de la parroquia, que sonaban bastante desafinados.

_ Buenos días, padre. Mi nombre es María y estoy aquí buscando su testimonio ya que deseo escribir un cuento de navidad basado en algún hecho real. Dígame, padre… ¿ha visto usted alguna vez un milagro en Nochebuena?

El hombre levantó su mirada al fresco de la cúpula, buscando en su memoria. Permaneció asi unos segundos, sin pronunciar palabra ni gesto alguno, luego, negando con su cabeza y una mano en la cintura me dijo en tono un tanto apenado…

_  No, lamento mucho decepcionarla hija – me respondió, moviéndose con inquietud- me encantaría poder contarle miles de ellos, pero me rige la verdad y no puedo referir lo que no he testimoniado y aunque sé de personas que me han confiado sus experiencias personales, no he visto con mis propios ojos un milagro en Nochebuena. Deberá seguir buscando entre otros pobladores, quizá entre los más ancianos pueda encontrarlo – me dijo, a modo de consuelo.

Me marché por el pasillo grande del medio rememorando otros momentos significativos en los que había transitado por allí mismo. No fueron tantos; mi comunión y mi boda, y ahora este, que no dudé en titular : “buscando un milagro para mi cuento” y no pude evitar pensar en el cuarto, al que quién sabe  si alguien podrá relatarlo…

Casi había llegado al portal cuando una vocecita pequeña, que parecía envalentonada por la acústica del lugar, detuvo mi andar.

_ Yo lo vi, yo sí que lo ví…¡ ése sí que fue un milagro! afirmó, con cara de santa,  la anciana mujercita menuda del Coro de Señoritas.

Nos detuvimos ahí mismo, casi en la salida y el párroco se unió a nosotras. Nos sentamos en un banco cerca de la piedra bendita, justo a pocos metros donde se encuentran los restos del  cura que fundó la iglesia. ( algo que siempre me había causado mala impresión )

Encendí mi pequeño grabador y antes que le pidiera nada ella comenzó a hablar, con un semblante solemne  de quien parece haber encontrado el momento justo para contar el secreto mejor guardado. 

“ Era un día caluroso de esos que se cuece un huevo con sólo ponerlo al sol. Yo era la más chica de mis ocho hermanos y  a la que le tocaban todas las tareas … esas a las que los otros se negaban. Recoger los huevos del gallinero parece una sonsera  para los que no conocen el olor de los desechos  que fermenta y se convierte en un vahos insoportable para los humanos. Antes de ponerlos a la canasta había que limpiarlos con un trapo húmedo y suavecito para que no haya desperdicios…las gallinas merman la producción en  altas temperaturas y la cosa no era muy favorable por aquellas épocas en mi familia…
En el nido de la colorada había sólo uno y me llamó la atención que fuera tan pequeñito y de color amarillo. Lo levanté con el mismo cuidado con el que intentaba cazar una mariposa aleteando en una flor, lo puse en la canasta y lo llevé a mi habitación para que nadie lo viera. Me parecía tan raro su tamaño diminuto, no era de perdiz, yo los conocía .. ni tampoco de codorniz porque no tenía manchas…era liso y amarillo. Quise conservarlo como un objeto de colección. Armé un pequeño nido para protegerlo de algún golpe que pudiera dañarlo, y entonces comencé a pensar que en dentro de ese huevo pequeñito de color amarillo podría nacer un animal de exótico color. Lo miraba a cada hora, lo acariciaba por las noches antes de dormirme y lo cubría con lanas de oveja para encubarlo como lo hacían las gallinas. Estaba segura que de allí saldría el más bello polluelo  al que , seguramente, todos querrían tener. Pero era mío , sólo mío y por lo tanto me encargaba que nadie supiera de él.

 ¡ Vaya momento inapropiado para venir a descubrirse! Toda la familia lejana había llegado para festejar juntos la navidad. Venían desde otros pueblos después de viajar muchas horas en  tren. La casa era grande pero aún así se convirtió en un tumulto de gente que la recorría ; volviéndoseme imposible  controlar que nadie pudiera entrar allí ,en nuestro dormitorio, donde guardaba debajo de mi cama, ese pequeño tesoro. Todos corrimos  al oír los gritos de la tía que sostenía entre sus brazos a la pequeña Dominga…la niña se contorneaba en alaridos que iban cambiando el tenor y sus gritos eran por momentos agudos y en otros grave… los ojos enrojecidos y una mucosidad amarillenta le brotaba de la boca…¡El demonio se había apoderado de ella! ….En una de sus manitos sostenía las cáscaras de mi pequeño huevo…nadie lo habría notado excepto yo,  que era la única que conocía de su existencia . Quise contarles que ese era mi huevo, y al parecer el causante de los males de la pequeña…pero nadie parecía oírme..corrí hasta mi cama, levanté el rosario debajo de mi almohada y llena de temor comencé a rezar una plegaria, la única que me sabía de memoria: el Ave María 

Corrí hasta el pasillo donde Dominga se encontraba tirada en el piso,  su cuerpito seguía retorciéndose con la fuerza de mil demonios y me tiré sobre ella sin dejar de rezar e intentando meter  por su cabeza el rosario, pero  lo destrozó en un solo manotazo. Entonces también yo comencé a sentir un fuego que se apoderaba de mi , como si alguien estuviera absorbiendo de un sorbo cada parte de mi cuerpo. Se ve que alguien notó la atrocidad en mi cara y me apartó de  ella. La noticia corrió como reguera de pólvora: La pequeña Dominga estaba poseída.

El cura pidió que la lleváramos a la iglesia. Era  la misa de gallo. La iglesia se hallaba repleta como de costumbre para esa fecha en la que todos los parroquianos llevan su ofrenda . Dominga llegó hasta el altar sujetada por varios hombres , sin dejar de resistirse y por mucha agua bendita que le tiraban encima, los demonios no obedecían. El padre de la pequeña era incrédulo, pero no dudó en  acatar los pedidos del cura por rezar con fe por la niña que no paraba de retorcerse como un nylon sobre el fuego. La cosa duró varias horas. Al fin la niña cerró sus ojos y nadie se atrevía a determinar si  se hallaba liberada o muerta. Se la llevaron a su casa. Dominga recuperó su normalidad después de dos días de dormir intensamente y quien sabe si en su memoria haya quedado algún recuerdo borroso, porque en cada Nochebuena de su infancia se metía en el pequeño pesebre de la casa y pedía que la dejaran allí, hasta que todo pasara…"

Su padre, el incrédulo, se convirtió al catolicismo y fue un gran misionero dedicado a las tareas sociales.

_ Allí tiene un milagro – me dijo , la mujercita frágil.

Y eso es todo… creo que mi amiga estará satisfecha con lo encomendado.

FIN

 Autora: María Ferretti

2 comentarios:

  1. Hola Lady Vi,

    lamentablemente actualizas muy poco tu blog, veo que escribes bastante bien por lo que creo que deberías continuar con este proyecto.

    Un abrazo enorme y espero que estes bien.

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  2. Dónde estas amor, porque los cristales están tan humedecidos...
    Dónde estas dulce belleza, dónde tus dedos, dónde tus manos...
    Porqué cada vez que te busco tus piernas se cierran para no dejarme amar con libertad este sueño tan confuso y miserable..
    Porqué tanta soledad... como extraño tus caricias lejanas y tus besos esquivos...
    Dónde estás amor dónde?
    Porqué tanta puerta cerrada y ojos tan llorosos.... porqué tanta boca seca, porqué tus labios tan lejanos no me encuentran... Porqué mi celda tan cerrada, es que no ves como ellas no me dejan salir.?... estos barrotes me tienen atrapado, dime cuando y te iré a buscar en la oscuridad hasta encontrar la calma que necesito....

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