UN TAJO EN EL ALMA
En la luz difusa de un farol
se oyó llorar el último organito
Se murió el amor
que un día me juraste
se convirtió en silencio
tu voz en el olvido
Clavé la aguja de mis tacos en el barro espeso
que abraza las noches en los arrabales
Te perdí para siempre, lo se, no caben dudas
me perdí en las tinieblas de tus noches oscuras
Soy una excusa más que tendrán tus pensamientos
para escapar a la real razón de tu crueldad sin tiempo.
La cortina de hierro cayó de golpe sobre mi corazón errante
se cerró tras tus pasos y ese adiós junto a una promesa de amor
que no supiste darme.
M.F.G